Las Escrituras;
La Toráh.
La
primera división de las Escrituras Hebreas se llama Toráh. Esta palabra es a
menudo erróneamente traducida como "ley", pero si bien es innegable
que los libros de la división de la
Toráh, contienen todas las leyes que YHWH dio al pueblo de Israel, la
palabra en sí se relaciona con horayah, derivado del verbo enseñar, y significa
que es una enseñanza o instrucción.
La
división de Toráh, las Escrituras, consiste en los cinco libros atribuidos
tradicionalmente a Mosheh y se refiere a veces como Jamishah jum'shei Torah o
‘los cinco libros de la Toráh’, y por lo tanto cada uno de los cinco libros
también puede ser llamado un Jumash.
La
práctica convencional del hebreo para referirse a los cinco libros de la Toráh
es por medio de su primera palabra o palabras, por ejemplo, el primer libro se
abre con las palabras Bereshit bara Elokim, “Al principio de la creación de
Elokim...”, por lo que generalmente es conocido como “el libro de Bereshit”,
que significa que “el libro que comienza con la palabra Berreshit.
El
idioma hebreo fue la lengua original de la humanidad hasta la confusión de
lenguas creada en la torre de Bavel. Por lo que estaba prohibido escribir la
Toráh en otra lengua que no fuera la lengua sagrada hebrea.
Fue
permitido hacer una traducción en griego en el siglo III antes de Mashíaj. Ello
se debió a que, solo fue por el incidente que hubo con Talmay HaMelej (rey
Ptolomeo), en la que se le ordeno a 72 Jajamim (Sabios) del Pueblo de Israel,
traducir el Jumash (Pentateuco en griego) a tal traducción se le conoce bajo el
nombre de la LXX (Septuaginta o traducción de los setenta).
Esta
traducción no incluía las otras dos secciones del Tanak, esto debido a que se
tenía ya la takanah (precepto rabínico) de no realizar tal traducción de los
Neviyim (Profetas) y Ketuvim (Escritos o Hagiógrafos), tal como lo declara uno
de los descendientes de David HaMelej (Rey David), Shimon ben Gamliel, quien
afirma la permisión de la traducción del Jumash (5 Libros de Mosheh) al idioma
griego, mientras corroboró la prohibición de la traducción al griego de las
secciones de Neviyim (Profetas) y Ketuvim (Escritos o Hagiógrafos). Es por
ello, que actualmente tenemos en el Tanak un total de 24 libros.
"La
versión de los Setenta, es la más antigua traducción griega de la Toráh... la
leyenda que figura en la carta apócrifa de Aristeas, según la cual 72 ancianos
de Israel, seis de cada tribu, tradujo la Toráh al griego en Alejandría,
durante el reinado de Ptolomeo II Filadelfo (285-244 a.M.)...
La
designación Septuaginta se extendió al resto de la Biblia, y otros libros que
se tradujeron al griego durante los siguientes dos siglos d.M.” .
La
segunda división de las Escrituras Hebreas se denomina Neviyim o ‘Profetas’. Se
subdividen en dos secciones, la primera es denominada bajo el nombre de Neviyim
Rishonim o Primeros Profetas, el significado es predominantemente de naturaleza
histórica, mientras que la segunda sección se le denomina bajo el nombre de
Neviyim Ajronim o Profetas
Posteriores, cuyo contenido está enfocado
a la profecía de expresión poética.
La
tercera y última parte de las Escrituras Hebreas se llama Ketuvim, Escritos o
Hagiógrafos. Y son conformados por once libros, los cuales incluyen:
1. Los tres libros que conforman EMET:
Tehilim (Salmos), Mishley (Proverbios) y Iyov (Job). (El término EMET es un
acrónimo de las letras אמת Alef, Men y
Taf (verdad) que son las iniciales de los libros mencionados.
2. Las 5 Megilot o Rollos que se leen en
los servicios públicos en días festivos, es decir: Shir HaShirim (Cantar de los
cantares, que se lee en Pésaj), Rut (que se lee en Shavuot), Eyija
(Lamentaciones,
que se lee en Yom Kipur), Kohelet (Eclesiastés, que se lee en Sukot), y Ester.
3. Las tres composiciones postexílicos:
Danyiel, Ezra, Nehamiyah-Divrei HaYamim. (Daniel, Ezdra y Nehemia.
No
es de sorprenderse que los primeros Padres de la Iglesia, se propusieran hacer
una versión estándar de la LXX, debido al hecho de que para entonces hubiera
tantas versiones existentes:
Orígenes
se alarmó ante el estado del texto griego de la Biblia: ésta no sólo diferían
considerablemente del texto hebreo, que era el original, pero al parecer en una
amplia gama de formas en los manuscritos existentes entre los cristianos. Su
propósito en la producción de su enorme trabajo conocido como la Hexapla
("el seis veces", se completó en 245 después de Mashíaj) fue para
reconstituir y estandarizar el texto de la Septuaginta.
La
Hexapla no llegó a ser prominente en todo el mundo cristiano, ya que, a finales
del siglo IV, Jerónimo se refiere a la existencia de dos versiones más, una
egipcia por Hesiquio, y la otra hecha en Asia Menor por Luciano. La existencia
de estas tres versiones puede dar en sí mismo una explicación suficiente de las
muchas discrepancias que aparecen en los manuscritos de la Septuaginta.
Encyclopaedia
Judaica, "Bible: Translations".
Contrario
a esto, los manuscritos encontrados en Qumrán, el estilo que tienen sus bases
son en los textos masoréticos, es por ello que un 60% de manuscritos
encontrados en las cuevas de Qumrán correspondan a los textos masoréticos, en
hebreo, 20% manuscritos estilo de Qumrán (arameo), 10% de países no alineados
al texto, 5% de los textos samaritanos, y solo el 5% de los textos de tipo
Septuaginta, por ejemplo, en la Cueva 7
contiene una colección de sólo textos griegos, de los cuales 2 fragmentos
corresponden al LXX. (Shiffman, p 212). Es evidente que, en el momento de los
jashmonaim (alrededor de 160 a. M.) - que obviamente fueron antes del
surgimiento Mashíaj Yeshúa en la historia- los textos Masoréticos, en hebreo,
fueron los textos de la mayoría dominantes durante la época del período
hasmoneo (p172 of Reclaiming the Dead Sea Scrolls by Shiffman).
Incluso,
es interesante ver que ante la injerencia cristiana en la Septuaginta, el
judaísmo, en especial el judaísmo helenista había sentido ya la necesidad de
revisar la versión antigua de los LXX. El objetivo era siempre el mismo:
adecuar el texto de LXX al tipo de texto hebreo masorético.
El
hecho de que los cristianos hubieran tomado como propia la traducción de los
LXX y se sirvieran de ella en las controversias con los judíos, condujo a un
progresivo rechazo de esta versión por parte del sector de los discípulos de
Yeshúa, que acabaron sustituyéndola por nuevas traducciones más fieles al texto
hebreo masorético. Un ejemplo típico de divergencia entre el texto hebreo y el
griego, citado en todas las controversias entre judíos y cristianos, era el de
Yeshayahu / Isaías 7:14, donde LXX traduce el término hebreo 'almá, ‘doncella”
(casada o desposada), por parthénos- παρθενος
(virgen) es por ello que Simaco,
haya escrito en lugar de parthénos, el más apropiado que sería neanis.
“He
aquí que el mismo Señor os dará una señal: He aquí una mujer joven
[neanis- νεᾶνις] concebirá aun hijo y lo
denominara así mismo Emanou-el”.
Ante
tal traducción, uno de los Padres de la Iglesia, muestra su indignación, Ireneo
se queja de que algunos traductores de la Biblia usan el término neanis (mujer
joven) en lugar de la expresión parthenos (virgen) (la LXX y Mateo), Eusebio
transcribe tal indignación en su obra denominada 'Historia Eclesiástica':
Eusebio,
Comento en su Libro V:
"He
aquí, pues, dice la traducción literal de los Setenta y la inspiración de las
Escrituras:" Dios se hizo hombre, y por lo tanto, el Señor mismo nos
salvó, nos da el signo de Virgo (parthenou), pero no como los que dicen hoy se
atreven a interpretar la palabra de la Escritura: He aquí ʽ, la joven ( neanis)
concebirá y dará a luz un hijo, tal como lo hicieron Teodotion de Éfeso y
Aquila de Pontus, ambos judíos prosélitos, tanto uno como el otro, después de
lo cual los ebionitas dicen que Yeshúa nació de Yosef. Según los eruditos
contemporáneos, los ebionitas no consideraron que Yeshúa fuera hijo de la
“virgen” ni que cumplido las profecías que los cristianos aseguraban que había
cumplido.
Por
otra parte, el prosélito judío, Akilas, discípulo del Rabino Akiva, llevó a
cabo hacia el 140 d.M. una versión extremadamente literal del hebreo, realizada
conforme a los métodos de interpretación rabínica. Más que de una nueva
traducción, se trata en gran medida de una revisión sistemática de la LXX, que
lleva a sus consecuencias últimas la tendencia ya iniciada un siglo antes por
“los predecesores de Akilas”, quienes habían realizado la llamada recensión
proto-teodociónica o kaige (cf. p. 330).
El
texto hebreo, del que se sirvió Akila para su revisión de la LXX, era el hebreo
masorético.
La
versión de Akilas tenía que resultar prácticamente ininteligible para quien no
tuviera conocimientos de hebreo. Reproduce el texto hebreo palabra por palabra
y en el mismo orden del hebreo. Vierte al griego detalles nimios del hebreo,
como son las partículas ('et את = syn+acusativo), el locativo (áh = de) o los
elementos en los que se descompone una partícula hebrea, sin mostrar reparo
alguno en quebrantar las reglas más elementales de la gramática griega. Por
ejemplo en Bet Melajim / 2 Reyes 19:25, la partícula hebrea compuesta que es
‘hasta desde lejos’ por ‘desde tiempos antaños’ es traducida mediante una
descomposición de sus tres elementos: eis apo makrothen.
Por
otra parte, Akilas sustituyó la versión de términos que habían adquirido
connotaciones cristianas por otros nuevos. Así, la versión del título Mashiaj
por Khristós, ‘Mesías’, es reemplazada por éleimmenos (ungido). Ello contribuyó
al aprecio de esta versión entre los judíos helenistas.
Por
este tipo de anomalías, así como la violación a la Takanah de Shimeon ben
Gamliel, los judíos rechazaban la traducción de la LXX, en la que los
cristianos veían una profecía del nacimiento virginal de Yeshúa. Y como se ha
dicho con anterioridad, se tienen noticias sobre la existencia de diversas
traducciones griegas ilegitimas anteriores a Orígenes, pero nada se sabe sobre
su origen y carácter.
Para
la postura judía, que para nosotros los textos son sagrados, por lo que la
tarea de copia de ellos se considera de suma importancia. Un número de medidas
de seguridad se toman para preservar la exactitud por el mismo sofer (escriba).
La congregación que recibe el rollo realiza la verificación de la exactitud de
la voluta. Siempre alguien tiene que comprobar el hebreo del sefer comparándolo
con un pergamino que se sabe que es kosher (es decir, sin errores). Sobre la
base de los rollos bíblicos encontrados en Qumrán, los sofrim (escribas judíos)
han hecho un trabajo muy preciso a pesar
que han pasado más 2000 años. Es interesante señalar que la única
diferencia entre estos y el texto masorético son pequeños errores de
ortografía, como por ejemplo en el caso
de las versiones de Isaías. También es importante señalar que en
comunidades tan distantes como en Siria, Yemen e Inglaterra, han sido aisladas
unas de otras, y la Toráh es la misma. Esto es sorprendente, dada la distancia
entre ellos antes de la era de la comunicación de masas y teniendo en cuenta el
aislamiento de por lo menos 2 comunidades una de otra. No se comparan las
notas, pero la copia de la Toráh de los anteriores en su poder. Esto da fe de
la transmisión precisa de la Toráh y el Tanak siguiendo los métodos de los sofrim
/ escribas.
Teniendo
en cuenta la exactitud con la que el Tanak se copia, prefiero confiar en el
original hebreo que en una traducción hecha por cristianos, no importa lo bueno
que sea. Usted ve, el idioma de la traducción de sus límites de exactitud. El
griego es muy diferente del hebreo, y la traducción fue diseñada para
satisfacer las necesidades de un público de habla griega.
Orígenes,
uno de los padres de la Iglesia, confirmo que el texto hebreo fue el texto
original. (Encylopaedia Judaica, "Bible", p853). Muchas traducciones
modernas, como la Nueva Versión Estándar Revisada, hace uso del texto hebreo
masorético.
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