viernes, agosto 17, 2012

EL AÑO NUEVO JUDÍO (ROSH HASHANAH)


Yom Teruah es también Rosh Hashaná.

En Vayikra/Lv. 23:23,24 dice la Torá: “Habló el Eterno a Moshé, diciendo: Habla a los hijos de Israel, diciendo: En el mes séptimo, será para ustedes un Shabat grande, recuerdo de toque de Teruah, convocación sagrada”. La palabra “Teruah” es una referencia a un sonido especial que se emite con un cuerno de carnero llamado shofar. Se usa ese cuerno en ese día para recordar la “atadura de Isaac” quien fue sustituido por un carnero; por ello, en ese día leemos la experiencia de Isaac y Abraham en el monte Moriyah, la cual, según nos explica Yeshúa es una alusión a su muerte sustitutoria por todos nosotros (Yohanán/Jn. 8: 56). Debido a esa convocatoria especial con sonido de Teruah, en la tradición judía se acostumbra a llamar a esta festividad bajo el nombre de Yom Teruah, “el día del sonido, de Teruah”.
Otra particularidad del calendario judío tiene que ver con el hecho que los Rabanim distinguen cuatro comienzos de año, uno de ellos, llamado Rosh Hashaná, el primero del mes de Tishrey, llegó a constituirse en el comienzo del año del calendario rabínico (Mishná Rosh Hashaná, 1,1); aparte del otro comienzo del año establecido en tiempos del éxodo de Egipto y cuyo comienzo de año es el mes de Nissan (Shemot/Ex 12:2). En cualquier caso, lo cierto es que la tradición oral judía recoge dos opiniones o interpretaciones en cuanto al fijar el mes de comienzo del año como ocasión de la creación del mundo: para Rabí Yeshúa, el mundo fue creado en el mes de Nissan, pero en la tradición ha prevalecido la opinión de Rabí Eliezer, según la cual el mundo fue creado en el mes de Tishrey, que sería el séptimo mes en el orden establecido en tiempos de Moisés por Hashem. De allí en adelante, el primero de Tishrey llegó a ser conocido principalmente como Rosh Hashaná o cabeza de año del calendario judío (Talmud Bavlí Rosh Hashaná 10b, 11a).
Para la fe judío-Netzarita Rosh Hashaná es una convocación sagrada, un día de alegría en donde alabamos al Creador por todos los dones concedidos durante el año que transcurrió y, esperando en fe, que el próximo sea mejor. Dado que el Eterno nos ha sostenido con vida durante todo el año, en ese día especial todos vestimos ropas nuevas y nos deseamos “feliz año”, shanah tovah. Nos reunimos en las congregaciones, y también en las casas de nuestras familias, en donde celebramos la llegada del año nuevo con oraciones, cantos y comidas especiales. En ese día también obsequiamos regalos a amigos y seres queridos, llamamos y/o enviamos tarjetas a los que están lejos para desearles un año bueno y dulce como la miel. Se acostumbra a decir: “que tengas un año bueno y dulce” (yeshanah tovah umetukah) o también “¡jag Sameaj!” (feliz festividad).
Comencemos a activar nuestra conciencia judío-Netzarita y hagamos los preparativos para esa gran fiesta en nuestra Kehilá.

A las puertas de un nuevo mes
Elul (אֱלוּל; del acadio elūlu "cosecha", labor típica de esta época del año; otros creen que significa "purificación" o "expiación"), es el decimosegundo y último mes del calendario hebreo moderno, que comienza su cómputo a partir del mes de Tishrei con la Creación del mundo, y el sexto mes según el ordenamiento de los meses en la Biblia, que comienza por Nisán, en conmemoración de la salida de los hebreos de la esclavitud en Egipto. El nombre de este mes en la Biblia es simplemente "el sexto mes", siguiendo la numeración ordinal, del mismo modo en que es llamado el resto de los meses del año hebreo en la Torah: "El sexto, para el sexto mes, era Irá, hijo de Iqués, el tecoíta" (1Cronicas 27:9).
Y Elul no es Diciembre, por supuesto. Si al calendario nos remitimos, coincide con un "poco" de agosto y "mucho" de septiembre. Pero no se trata de calendario en general. El mes de Elul tiene en su haber algo muy particular: la preparación de nuestras personas para el "DIA del Juicio" (Yom haDin) que precisamente comienza con el nuevo año. Si, aunque parezca fantasioso, Yom Terüah tiene un componente más serio (más allá del festejo) del que imaginamos. Y sabiendo que este juicio tiene un Juez muy particular porque no es un juzgado terrenal precisamente, debemos prepararnos con los mejores "argumentos" para enfrentarlo.
Elul, como ultimo mes, como los días (escasos) que preceden al nacimiento de un nuevo periodo, nos invita a reflexionar, por un lado, y a expresar nuestras pasiones, por el otro.
El mes de Elul nos remite bíblicamente al momento en que Mosheh asciende por segunda vez al Monte Sinaí, en busca de las Tablas de la Ley (Lujot He-Brit), Segundas Tablas, pues el destino de las Primeras había sido su destrucción, lamentablemente, porque la Santidad de las mismas no cabían en lo profano del becerro de oro. Pero bien, ese pueblo ahora se hallaba remitido al ayuno y arrepentimiento colectivo, mientras Moshe, su líder, hacia los cuarenta días en el monte.
Mosheh habrá de descender al cabo de esos cuarenta días; mas precisamente el día 10 de Tishre, ocasión en que nuestra Sagrada Torah nos habla acerca de Yom haKipurim, donde encontraremos al pueblo de Israel sumido en ayuno y oración, y ya no danzando alrededor del becerro. Yom haKipurim será entonces en todas sus connotaciones, algo más: el día en que fueron recibidas las Segundas Tablas de la Ley.

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